Podéis notar esa clara transición entre el azul oscuro y el rojo en el cielo, mirando hacia el Este. Es la
propia sombra de la Tierra. Desde Australia, la he visto muchas veces, incluso desde Sydney, por el cielo tan limpio que se tiene, pero este día era especialmente evidente por hallarme en un lugar alto. Y un cielo sin nubes, afortunadamente para nuestras observaciones en el
Telescopio Anglo-Australiano.
En realidad, estos días quería iniciar una nueva sección de
observatorios, en la que describo los observatorios astronómicos que visito, pero como creo he dicho mucho estos días, el trabajo no ha perdonado, y de hecho ahora debería estar
terminando una charla para mañana...