En esta imagen se muestran algunas de las galaxias ya observadas, comparando tanto la
distribución de gas atómico ( =gas neutro = HI) como su
cinemática. Porque aquí está la
magia de la interferometría: el resultado de las observaciones
NO SON IMÁGENES, sino
CUBOS DE DATOS, donde tenemos por un lado las
direcciones espaciales (Ascensión Recta y Declinación, las longitud y latitud celestes) y perpendicular a ambas la dirección espectral o
velocidad a la que se observa el gas, que varía de punto a punto en cada objeto. Normalmente, lo que tenemos es un
campo de rotación, observándose un gradiente de velocidades entre una zona y la opuesta en cada galaxia (en la imagen superior, observar el gradiente azul-rojo en todas las figuras de la derecha; azul indica velocidades menores). Pero otras muchas veces no se detecta una rotación clara, sino que aparecen distorsiones, asimetrías y colas, que nos enseñan ya no sólo las distorsiones morfológicas del gas por interacciones entre galaxias o por los propios fenómenos de formación estelar en objetos de baja masa, sino también distorsiones en los patrones de rotación, signos adicionales de interacciones entre galaxias.
La cinemática del gas neutro y la masa de las galaxias
Por supuesto, todo esto es
un mundo, y para entender el movimiento y la distribución del gas en cada galaxia se necesita un
modelado que nos proporcione unos números básicos (velocidad de rotación, ángulo de inclinación, ángulo de posición, residuos del modelo, necesidad de múltiples componentes del gas...) para comparar. Pero esto ya es otra historia. Sólo concluiré que, mientras con la cantidad de luz detectada en hidrógeno neutro se determina muy bien
la masa de hidrógeno atómico de las galaxias, mediante el análisis de las curvas de rotación del hidrógeno neutro se puede estimar
la cantidad de materia dinámica (la necesaria para que el gas de las galaxias se muevan como observamos). Y es aquí cuando aparece esa cosa
esotérica de la
materia oscura, algo que no vemos porque
no emite luz y aún no sabemos lo que es, pero que es necesaria para explicar la dinámica de las galaxias porque la
materia bariónica (=protones + neutrones + electrones) es
insuficiente para hacerlo.
Por lo tanto, el objetivo básico del
proyecto LVHIS es obtener imágenes profundas del gas neutro en las galaxias del Volumen Local, para entender la distribución del hidrógeno atómico, en ambiente entre las galaxias, comprender la cinemática y la dinámica de las mismas, estimar la cantidad de materia ordinaria (bariónica) y oscura (no-bariónica) y los procesos de formación estelar que, en definitiva, son los responsables de que nazcan nuevas estrellas. No es más que un intento adicional de la búsqueda de nuestros orígenes, puesto que el Sol y los planetas se formaron a partir de una gran nube de hidrógeno que condensó, hace unos 4500 millones de años, en la periferia de una galaxia mediana que denominamos Vía Láctea.