Esa
imaginación permitió a un joven Einstein preguntarse cómo vería el mundo si fuese montado en un rayo de luz. Y revolucionó la Física. ¡Gracias tito Alberto!
Por cierto, recuerdo que, como este año se cumplían tanto los 50 años de su muerte como el centenario de la publicación de sus revolucionarios artículos científicos, 2005 es el
Año Internacional de la Física. Tuvo cierta controversia la propuesta de celebrar este día
iluminando completamente las ciudades del mundo, ya sabéis, por eso de la Contaminación Lumínica. Por eso, pienso, la mejor forma de homenajear a Einstein es apartarse de las luces de las ciudades y mirar, en la oscuridad del campo, a esos lejanos destellos de luz que son las estrellas, mientras pensamos (o, mejor dicho,
filosofamos) sobre nuestra humilde posición en el Cosmos.