NGC 2818 se encuentra a unos 10.000 años luz de la Tierra. Como hemos dicho, la espectacular estructura gaseosa contiene las capas exteriores de una estrella parecida al sol, albergando las
cenizas del material creado
dentro de la estrella muerta. El
brillo del gas es real, los colores corresponden a la presencia de distintos iones de elementos químicos (nitrógeno, azufre e hidrógeno) en la nebulosa, que es
excitada (
ionizada es el término correcto) por la enana blanca central, que es un objeto muy caliente. Esto es, si en las típicas nebulosas de emisión son las estrellas masivas las que emiten la radiación ultravioleta que
enciende el gas, en las nebulosas planetarias esta radiación proviene de la emisión de las enanas blancas.
Además, las nebulosas planetarias tienen estructuras muy complejas. De hecho, es todo un campo amplio de investigación en Astrofísica, porque encontrar una explicación a tales morfologías es realmente difícil (por ejemplo,
leer el artículo sobre el forense estelar). Muchas cosas se desconocen aún de estos objetos, siendo uno de los mayores problemas conseguir determinar su edad y distancia, por lo que observaciones de nebulosas planetarias dentro de cúmulos (como el caso de NGC 2818 en el cúmulo NGC 2818A) proporcionan pistas claves sobre las últimas fases de la evolución estelar.
Nuestro Sol morirá como una nebulosa planetaria dentro de unos 5000 millones de años. Antes se habrá
hinchado convertiéndose en una gigante roja y devorando a Mercurio, Venus, la Tierra y puede que hasta Marte. Luego, la materia sintetizada en el Sol se perderá en el espacio, mezclándose con otras nubes del medio interestelar, que eventualmente formará nuevos soles, iniciándose de nuevo el ciclo
irreversible de evolución estelar. Las estrellas nuevas estarán siempre más enriquecidas químicamente que las estrellas viejas. Nosotros mismos tenemos, en nuestros cuerpos, átomos creados en estrellas que murieron como nebulosas planetarias miles de millones años atrás. Estamos conectados al Cosmos de una forma más intensa, profunda y sutil que ciertas
pseudociencias como la astrología pretenden afirmar. Literalmente, somos polvo de estrellas.
Más información:
- Nota de prensa del HST (en inglés):
http://hubblesite.org/newscenter/archive/releases/2009/05
- Blog del
Bad Astronomer