O, lo que traducido al castellano, quiere decir más o menos:
Para mí no es importante cuánto de grande es tu telescopio, o cuán precisa es tu óptica, o qué bonitas son las imágenes que haces con él, sino cuánta gente en este ancho mundo menos privilegiada que tú ha tenido la oportunidad de mirar por tu telescopio y comprender el universo. ¡Esto es lo que a mí me motiva!.
John Dobson es uno de los astrónomos aficionados más influyentes del siglo XX, no en vano es el inventor de los prácticos
telescopios con montura dobson.
Así lo recoge el periodista norteamericano
Timothy Ferrys en su libro de divulgación astronómica
Seeing in the Dark (
Mirando en la oscuridad). Publicado en 2002, lo compré en Barcelona en mayo de 2005 y, por avatares del destino, no lo terminé entonces. Hablaré más de este emotivo libro en próximas historias.
Lo leí ayer, cansado pues no pude dormir mucho, pero contento por las fructíferas jornadas de observación en el interferómetro australiano, mientras mi avión despegaba del pueblo rural del
outback australiano de Moore en el crepúsculo vespertino, con un cielo limpio y claro, un gradiente de colores del rojo pasión al negro azabache en el horizonte oeste, y Júpiter y Venus acercándose a su inminente conjunción, invitando a descubrir los secretos de la noche.