Según leo en la nota de prensa, la primera vez que se empezó a sospechar de este objeto (que recibe el romántico nombre de
G1.9+0.3) fue a mitad de la década de los ochenta, cuando usando el interferómetro
VLA (Very Large Array) se identificó en ondas de radio como un resto de supernova de entre 400 y 1000 años de edad. Sin embargo, en 2007, observaciones con el telescopio de rayos-X
Chandra revelaron que el objeto se había expandido alrededor del 16%, por lo que la explosión de supernova tuvo que haberse producido mucho más recientemente, obteniéndose la cifra de 140 años (me gustaría saber el
error en este número).
¿Y para qué sirve esto? Bueno, aún quedan muchos interrogantes sobre cómo explotan las estrellas masivas, qué es lo que queda de la estrella (¿un púlsar, un agujero negro?) y qué ocurre durante las explosiones de supernova, además de la incógnita crucial de saber
cuántas supernovas se producen en nuestra Galaxia en un tiempo determinado. Las supernovas, siendo objetos tan energéticos, pueden inducir la formación estelar en sus alrededores (quizás, es como se formó el propio Sistema Solar) y son la fuente de muchos de los elementos químicos que componen la Tierra y los seres vivos: tú y yo tenemos en nuestro interior átomos creados en explosiones de supernova hace miles de millones de años...