Para variar, luego me enteré que estaba sacada de la
Imagen Astronómica del Día del pasado
25 de agosto. Lo más importante de lesta recreación, que ha usado nuevas observaciones del
Telescopio Espacial Spitzer, es la forma de la
barra central que la Vía Láctea posee. Desde hace una década los astrofísicos ya intuían que nuestra Galaxia no era sólo una espiral, sino que se clasificaba como
espiral barrada. Esta barra tiene unos 27000 años-luz de longitud (7000 más de lo que se pensaba) y tiene una inclinación de unos 45º con respecto a la línea que une el Sol con el centro de la Galaxia. Nosotros (el Sol y su corte de planetas, asteroides y demás objetos del Sistema Solar) nos encontramos más lejos, a unos 8 kpc (a ver, cojo la calculadora, en años luz esto son poco más de 26000 años-luz) del centro galáctico; su posición está indicada con una flecha. Los resultados de este estudio indican que la barra, además de ser mayor de lo que se pensaba y estar orientada de forma distinta a lo que se suponía, está compuesta principalmente de estrellas viejas, de ahí que al estudiarla en longitudes de onda del infrarojo se observe mejor. Además, al mirar en estas frecuencias nos quitamos toda la absorción del polvo interestelar, tan molesta en visible o ultravioleta. En el estudio se han analizado cerca de
30 millones de estrellas. Casi ná.
Y yo mareándome con sólo 20 galaxias enanas...